Rancapino en el San Juan Evangelista por Alejandro Reyes. Aparece en la biografía de Rancapino de Pedro Quiñones “Ronco de Andar Descalzo”

 

Sabido es que el Colegio Mayor San Juan Evangelista, conocido popularmente por “El Johnny”, es un centro universitario de Madrid que lleva ya más de 40 años organizando conciertos en vivo. Entre cuyas actividades, el jazz y el flamenco han sido destacadas y alabadas por los aficionados por su calidad y variedad, organizadas por su Club de Música y Jazz que precisamente este año ha tenido el reconocimiento oficial del Ministerio de Cultura con la concesión de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

Así se le ha llamado “el templo” o “la catedral” de esta música en Madrid durante muchos años por aficionados y prensa. Creo que con las universidades de Sevilla y Granada fueron de las que primero llevaron el flamenco a la Universidad y es justo destacar que esta afición por el flamenco se debió a un gran aficionado cordobés, Andrés Raya Saro, el único que entonces conocía el flamenco y que inculcó a compañeros del Colegio la afición por este arte, en donde estaban José Luis Ortiz Nuevo, Francisco Gutiérrez Carbajo, Antonio Villarejo Perujo, entre otros llevándolos por algunos tablaos célebres de la época como Zambra y Torres Bermejas, entablando amistad con los artistas y terminándolos por llevar a finales de los 60 y principios de los 70 al San Juan. Así empezaron dando recitales Enrique Morente, Carmen Linares, José Menese y Manuel Agujetas que estuvieron en esos años en muchas ocasiones junto a los más grandes artistas de la época que entonces actuaban en estos tablaos en las famosas “Reuniones de Flamenco en la Universidad” y hasta crearon la editorial “Demófilo”.

Dicho esto y una vez que estos colegiales abandonaron el Colegio, yo desde el Club de Música empecé con otros compañeros a organizar el flamenco y así llegamos al año 1989. De una reunión con amigos de la Peña el Taranto en Almería, nació el Festival Flamenco por Tarantos que se ha venido celebrando desde ese año en el Colegio llegando en la actualidad a su 21ª edición.

Alonso Núñez Rancapino empieza con su ligazón en el San Juan Evangelista el 24 de enero del 92 en la 3ª edición del festival, compartiendo cartel nada más y nada menos que con El Chocolate, Calixto Sánchez, María Vargas y José Mercé. Venía de ganar dos años antes el prestigioso trofeo Lucas López y este festival era un poco homenaje al taranto, cante de Almería, que ya en un artículo publicado en El País el 11 de abril de 1983 por Fernando Quiñones y José Blas Vega terminaban con que “no hay error posible si aludimos al taranto como cante de Almería”, y ya desde hace tiempo muchos cantaores lo presentan “y ahora voy a cantar el taranto de Almería”.

La mala suerte de esta edición del festival es que Rancapino participó con su amigo y hermano Camarón de la Isla que estuvo el 2º día con la guitarra de Tomatito, patrocinado por la Junta de Andalucía y que fue desgraciadamente la última vez que actuó en vivo. Este concierto a pesar de su cansancio, había trabajado el día anterior en la Plaza de Toros de Nimes, y con sus ya posibles menguadas facultades físicas llenó del mejor arte flamenco una noche memorable para todos los que tuvimos la suerte de escucharle y que acaba de ser editado recientemente en un CD por Universal como “El último concierto. San Juan Evangelista 92” con bastante éxito.

A decir de aficionados y críticos Alonso Núñez Rancapino ese día cantó el mejor taranto de la historia de este festival, que después ha quedado grabado en artículos de la prensa escrita e incluso en libros. Si Rancapino es conocido por la gran interpretación que hace de la malagueña del Mellizo, las alegrías de Cádiz, sus bulerías y fandangos caracoleros, seguiriyas, etc. demostró que también era un magnífico intérprete de este cante y desde entonces ha actuado en este Festival en siete ocasiones hasta la última, por ahora, el 20 de abril de 2007 en que compartió cartel con su añorado amigo Chano Lobato. En estas actuaciones ha tenido como guitarristas a grandes maestros de la sonanta como Juan Habichuela, Tomatito, Paco Cepero, Moraito Chico, Niño Jero y en las últimas ocasiones a Fernando Moreno.

Incluso en el 13º Festival de Tarantos, el Concejal del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería de entonces, Rafael Esteban Martínez del grupo IU, le entregó en el mismo escenario una cerámica en recuerdo del mejor taranto del Festival, con el Indalo símbolo de Almería con la siguientes inscripción: “El Ayuntamiento de Almería a Alonso Núñez ‘Rancapino’, maestro del flamenco más puro, en recuerdo de su cante por tarantos en este Festival, considerado por los aficionados como el mejor escuchado hasta la fecha”, Almería 20 de abril de 2002.

Pero no sólo ha sido en estos festivales cuando ha estado Rancapino en el Johnny, porque también podemos destacar su participación en el I Festival Flamenco en el Recuerdo a Camarón (4 de noviembre del 94), donde le acompañaron entre otros Duquende, Ramón el Portugués y José Mercé, en el I Festival Flamenco de la Mujer Gitana con Remedios Amaya y Aurora Vargas, demostró su solidaridad en el Flamenco Puente Solidario, con El Cabrero, Chaquetón, José Menese y Vicente Soto Sordera y un especial a “Los Cantes de Cádiz” celebrado el 23 de octubre del 99 con Juanito Villar, Nano de Jerez y Chaquetón.

Lo que no me acuerdo es la letra que hizo en ese mejor taranto que ha quedado para la historia, quizás fuera la que popularizaron Pepe de la Matrona y sobre todo Don Antonio Chacón, aunque con otros nombres:


Me llamo Pedro el Morato
y soy natural de Vera,
con mi guitarra en la mano,
venga tela y vaya tela,
¡qué telica de verano!

Soy del reino de Almería,
en donde nacen los tempranos.

Y terminar con las grandes cualidades de este cantaor irrepetible que ha cosechado tantos éxitos en el San Juan Evangelista baste destacar su sencillez y humildad, genial cantaor que lo sabe todo del cante, se puede identificar como una de las mejores expresiones de la pureza, a la vez comunica y pellizca, con esa voz ronca, que como le decía a Alfredo Grimaldos en su último libro Historia Social del Flamenco “tengo la voz ronca de haber andado tanto tiempo descalzo”, o como le llama Miguel Mora “el Tom Waits de lo jondo”, continúa entregándose como siempre en cada recital que da aunque se quede sin voz, y que acompaña en algún momento con su buen sentido del humor con sus palabras “¡Viva Japón y Chiclana!”.



Alejandro Reyes
Socio fundador y director artístico
Club de Música y Jazz San Juan Evangelista
www.sanjuanevangelista.org
Julio 2011
 

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