Sabido es que el Colegio
Mayor San Juan
Evangelista, conocido
popularmente por “El
Johnny”, es un centro
universitario de Madrid
que lleva ya más de 40
años organizando
conciertos en vivo.
Entre cuyas actividades,
el jazz y el flamenco
han sido destacadas y
alabadas por los
aficionados por su
calidad y variedad,
organizadas por su Club
de Música y Jazz que
precisamente este año ha
tenido el reconocimiento
oficial del Ministerio
de Cultura con la
concesión de la Medalla
de Oro al Mérito en las
Bellas Artes.
Así se le ha llamado “el
templo” o “la catedral”
de esta música en Madrid
durante muchos años por
aficionados y prensa.
Creo que con las
universidades de Sevilla
y Granada fueron de las
que primero llevaron el
flamenco a la
Universidad y es justo
destacar que esta
afición por el flamenco
se debió a un gran
aficionado cordobés,
Andrés Raya Saro, el
único que entonces
conocía el flamenco y
que inculcó a compañeros
del Colegio la afición
por este arte, en donde
estaban José Luis Ortiz
Nuevo, Francisco
Gutiérrez Carbajo,
Antonio Villarejo Perujo,
entre otros llevándolos
por algunos tablaos
célebres de la época
como Zambra y Torres
Bermejas, entablando
amistad con los artistas
y terminándolos por
llevar a finales de los
60 y principios de los
70 al San Juan. Así
empezaron dando
recitales Enrique
Morente, Carmen Linares,
José Menese y Manuel
Agujetas que estuvieron
en esos años en muchas
ocasiones junto a los
más grandes artistas de
la época que entonces
actuaban en estos
tablaos en las famosas
“Reuniones de Flamenco
en la Universidad” y
hasta crearon la
editorial “Demófilo”.
Dicho esto y una vez que
estos colegiales
abandonaron el Colegio,
yo desde el Club de
Música empecé con otros
compañeros a organizar
el flamenco y así
llegamos al año 1989. De
una reunión con amigos
de la Peña el Taranto en
Almería, nació el
Festival Flamenco por
Tarantos que se ha
venido celebrando desde
ese año en el Colegio
llegando en la
actualidad a su 21ª
edición.
Alonso Núñez Rancapino
empieza con su ligazón
en el San Juan
Evangelista el 24 de
enero del 92 en la 3ª
edición del festival,
compartiendo cartel nada
más y nada menos que con
El Chocolate, Calixto
Sánchez, María Vargas y
José Mercé. Venía de
ganar dos años antes el
prestigioso trofeo Lucas
López y este festival
era un poco homenaje al
taranto, cante de
Almería, que ya en un
artículo publicado en El
País el 11 de abril de
1983 por Fernando
Quiñones y José Blas
Vega terminaban con que
“no hay error posible si
aludimos al taranto como
cante de Almería”, y ya
desde hace tiempo muchos
cantaores lo presentan
“y ahora voy a cantar el
taranto de Almería”.
La mala suerte de esta
edición del festival es
que Rancapino participó
con su amigo y hermano
Camarón de la Isla que
estuvo el 2º día con la
guitarra de Tomatito,
patrocinado por la Junta
de Andalucía y que fue
desgraciadamente la
última vez que actuó en
vivo. Este concierto a
pesar de su cansancio,
había trabajado el día
anterior en la Plaza de
Toros de Nimes, y con
sus ya posibles
menguadas facultades
físicas llenó del mejor
arte flamenco una noche
memorable para todos los
que tuvimos la suerte de
escucharle y que acaba
de ser editado
recientemente en un CD
por Universal como “El
último concierto. San
Juan Evangelista 92” con
bastante éxito.
A decir de aficionados y
críticos Alonso Núñez
Rancapino ese día cantó
el mejor taranto de la
historia de este
festival, que después ha
quedado grabado en
artículos de la prensa
escrita e incluso en
libros. Si Rancapino es
conocido por la gran
interpretación que hace
de la malagueña del
Mellizo, las alegrías de
Cádiz, sus bulerías y
fandangos caracoleros,
seguiriyas, etc.
demostró que también era
un magnífico intérprete
de este cante y desde
entonces ha actuado en
este Festival en siete
ocasiones hasta la
última, por ahora, el 20
de abril de 2007 en que
compartió cartel con su
añorado amigo Chano
Lobato. En estas
actuaciones ha tenido
como guitarristas a
grandes maestros de la
sonanta como Juan
Habichuela, Tomatito,
Paco Cepero, Moraito
Chico, Niño Jero y en
las últimas ocasiones a
Fernando Moreno.
Incluso en el 13º
Festival de Tarantos, el
Concejal del Área de
Cultura del Ayuntamiento
de Almería de entonces,
Rafael Esteban Martínez
del grupo IU, le entregó
en el mismo escenario
una cerámica en recuerdo
del mejor taranto del
Festival, con el Indalo
símbolo de Almería con
la siguientes
inscripción: “El
Ayuntamiento de Almería
a Alonso Núñez ‘Rancapino’,
maestro del flamenco más
puro, en recuerdo de su
cante por tarantos en
este Festival,
considerado por los
aficionados como el
mejor escuchado hasta la
fecha”, Almería 20 de
abril de 2002.
Pero no sólo ha sido en
estos festivales cuando
ha estado Rancapino en
el Johnny, porque
también podemos destacar
su participación en el I
Festival Flamenco en el
Recuerdo a Camarón (4 de
noviembre del 94), donde
le acompañaron entre
otros Duquende, Ramón el
Portugués y José Mercé,
en el I Festival
Flamenco de la Mujer
Gitana con Remedios
Amaya y Aurora Vargas,
demostró su solidaridad
en el Flamenco Puente
Solidario, con El
Cabrero, Chaquetón, José
Menese y Vicente Soto
Sordera y un especial a
“Los Cantes de Cádiz”
celebrado el 23 de
octubre del 99 con
Juanito Villar, Nano de
Jerez y Chaquetón.
Lo que no me acuerdo es
la letra que hizo en ese
mejor taranto que ha
quedado para la
historia, quizás fuera
la que popularizaron
Pepe de la Matrona y
sobre todo Don Antonio
Chacón, aunque con otros
nombres:
Me llamo Pedro el Morato
y soy natural de Vera,
con mi guitarra en la
mano,
venga tela y vaya tela,
¡qué telica de verano!
Soy del reino de
Almería,
en donde nacen los
tempranos.
Y terminar con las
grandes cualidades de
este cantaor irrepetible
que ha cosechado tantos
éxitos en el San Juan
Evangelista baste
destacar su sencillez y
humildad, genial cantaor
que lo sabe todo del
cante, se puede
identificar como una de
las mejores expresiones
de la pureza, a la vez
comunica y pellizca, con
esa voz ronca, que como
le decía a Alfredo
Grimaldos en su último
libro Historia Social
del Flamenco “tengo la
voz ronca de haber
andado tanto tiempo
descalzo”, o como le
llama Miguel Mora “el
Tom Waits de lo jondo”,
continúa entregándose
como siempre en cada
recital que da aunque se
quede sin voz, y que
acompaña en algún
momento con su buen
sentido del humor con
sus palabras “¡Viva
Japón y Chiclana!”.
Alejandro Reyes
Socio fundador y
director artístico
Club de Música y Jazz
San Juan Evangelista
www.sanjuanevangelista.org
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