EL JOHNNY BIEN DE INTERÉS CULTURAL
 

Una seña de identidad de la Cultura en España

No es nada fácil mantener el tipo en estos tiempos que nos está tocando vivir y en los que corren momentos llenos de dificultades para la Cultura con mayúsculas. Hoy en día, a cualquier cosa que suena por ahí lo llaman música. Una palabra que, si se piensa fríamente, se ha convertido en un cajón de sastre donde cabe todo, desde lo más cutre a lo más exquisito. La relación parece clara: cuanto más vende un artista, cuanto más se escucha por la radio y sale por la televisión, más baja es su calidad. La diversificación de las ofertas de ocio ha provocado que los diferentes gustos culturales también se hayan dispersado. Es asombroso, pero las nuevas generaciones no aguantan escuchar un disco en su totalidad. No saben apreciar la magia de la buena música. De tal manera que lo que muchas veces se consume de forma masiva es lo que se quiere hacer pasar como lo más auténtico. De esa labor ya se encargan los grandes medios de difusión, empeñados en llevarnos por los caminos que a ellos les interesan. La masificación es la seña de identidad de estos tiempos que corren.

Frente a esta especie de voluntad uniformizadora y por tanto globalizadora, aún siguen existiendo pequeños reductos de resistencia y libertad, en los que se puede respirar y sentirse aún como un humano capaz de sorprenderse. No en vano ese fue el comienzo del conocimiento: la capacidad de sorpresa y de asombro frente algo que conmueve y trasciende lo cotidiano, lo previsible y por tanto lo aburrido. Algo que nos hace sentirnos seres humanos.

Afortunadamente, todavía quedan lugares en los que la contaminación de la banalidad no ha conseguido penetrar y por eso merece la pena que se sigan conservando y que sean valorados como acerbos que deben perdurar en el tiempo para que las próximas generaciones puedan continuar con la labor. No como reliquias a las que se les admira como en un museo, sino como algo vivo, en permanente ebullición y creatividad. Esta es la labor que viene realizando el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista: una seña de identidad ineludible de la Cultura en España.

Durante ocho lustros el Club de Música y Jazz San Juan Evangelista ha sido fiel con la filosofía que impulsaron sus fundadores: ofrecer cultura en estado puro a través de la música. Ya sea en el terreno del jazz, del flamenco y otras músicas, siempre ha habido una premisa por encima de todo: reivindicar la belleza de la música. La lucha constante por que los mejores artistas de jazz y flamenco pasaran por su escenario es algo que sigue constituyendo un valor en si mismo. Han sido más de mil los conciertos celebrados en este templo de la música. No existe parangón en toda España en que un club de estas características haya dedicado tantos años y esfuerzos consagrados a cultivar la música como lo hace el San Juan Evangelista. Y sobre todo de la forma en que lo ha hecho: desde la accesibilidad y no el elitismo; apostando siempre por los mejores nombres del jazz y del flamenco. Mirando siempre la aportación del asombro, la belleza y la libertad creativa.

¿Qué nos quedaría a los seres humanos si nos quitan la capacidad de emocionarnos frente a las notas de un saxofón, de una trompeta, un contrabajo, una guitarra española o la expresividad de un cantaor flamenco?



Carlos Lara Cid
Periodista

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