Solamente unos días
después de su muerte, el
flamenco fue declarado
Patrimonio Cultural
Inmaterial de la
Humanidad por la UNESCO
y no es casualidad que
quien redactó el
proyecto, José Luis
Ortiz Nuevo, con la
colaboración de
Francisco Gutiérrez
Carbajo, según nos
cuenta José Manuel
Gamboa, Socio de Honor
del San Juan, fueran los
que comenzaron con el
flamenco en el Colegio
Mayor San Juan
Evangelista,
capitaneados por el
único que entonces era
aficionado al flamenco,
Andrés Raya, que los
llevaba al tablao Zambra
donde se hicieron amigos
de Enrique Morente. En
esos primeros años 70
fue la primera vez que
yo escuché a Enrique y
de esta afición por
nuestro arte cogería el
legado de esos
colegiales, Antonio
Villarejo Perujo, para
que Enrique Morente con
la guitarra de Pepe
Habichuela participara
en la Primera y Segunda
Semana de Andalucía
donde escuchamos poemas
de Miguel Hernández
entonces tan prohibidos
A partir de estos
inicios establecí con él
una indudable relación
de estrecha amistad que
ha durado siempre y que
empezó a cuajar en marzo
del 85 cuando a
propuesta del admirado
escritor y flamencólogo
también ya fallecido,
Paco Almazán,
organizamos las Primeras
Jornadas de Música
Popular de Andalucía, en
la que uno de los días
participó Morente con
las guitarras de Paco
Cortés y El Bola. Este
podría ser el primer
concierto de un
improvisado decálogo de
conciertos morentianos
que quiero reseñar
cuando sin duda le hemos
organizado más de 50
actuaciones a lo largo
de su larga trayectoria
profesional. De este
trabajo en el San Juan
Evangelista recuerdo
sobre todo la emoción
que nos produjo su cante
por el eco y rajo
profundo de su voz con
pellizco, que producía
ese estremecimiento que
nos abría las puertas
del corazón y enriquecía
el futuro del arte
flamenco.
El segundo lo podíamos
datar en mayo de 1986
cuando en el templo de
la música, el Teatro
Real, con las guitarras
de Juan Habichuela y
Gerardo Núñez y la
Orquesta Sinfónica de
Madrid, dirigida por el
maestro Luis Izquierdo,
estrenó “La fantasía de
cante jondo para voz
flamenca y orquesta”,
con música de él mismo y
Antonio Robledo,
escuchamos poemas de
Bergamín, Luis Rius,
Manuel Machado y José
Hierro, entre otras de
él mismo y popular; en
este concierto
colaboraron de manera
destacada cuando yo
trabajaba en el Área de
Cultura del Ayuntamiento
de Madrid con Ramón
Herrero de Concejal,
nuestros amigos Elisa
Mata, Pablo Nacarino,
Juan Verdú y Pepe Rubio.
Desde este memorable
concierto yo ya me
atreví a llamarle Don
Enrique Morente, cosa
que creo también se
reflejó en algún medio
escrito de la época por
este éxito artístico tan
significativo.
Ya en el año 1989 fue
nombrado el primer
artista Socio de Honor
del Club de Música y
Jazz San Juan
Evangelista, y pasamos
al 28 de febrero del 93
para celebrar el Día de
Andalucía en el San Juan
Evangelista donde estuvo
acompañado por Juan y
Pepe Habichuela a la
guitarra con la
percusión de Tino Di
Geraldo, de este
concierto podría
destacar su pasión por
transmitir el cante, lo
que fue un auténtico
acontecimiento y ayudó
para que en muchos
universitarios prendiera
la llama del cante
flamenco. Ya lo decía él
“no es necesario
entender, lo importante
es saber escuchar”.
Dentro de esta relación
cronológica de
conciertos llegamos al 4
de febrero de 1994 al
Teatro Alcalá Palace
también en Madrid y
dentro del programa del
II Festival Flamenco
Caja Madrid, estuvo
acompañado por los
mismos guitarristas y lo
que yo destacaría sobre
todo su permanente
curiosidad. Recuerdo
como también con Pablo
Nacarino estuvo en el
Rastro madrileño
buscando una mesa para
hacer compás y cuando
encontró una que le
gustaba, le pidieron dos
millones de pesetas,
total que se tuvo que
apañar con una de un bar
de la zona a la que le
añadimos una tabla de
contrachapado. A partir
de este concierto, por
todo lo que había
escuchado y sentido de
Enrique hasta la fecha,
empecé a llamarle
Maestro, término que
recogía su sabiduría e
inquietud hecho que ha
permanecido hasta su
muerte.
Y llegamos al verano,
julio de ese mismo año
94 y lo presentamos en
la Escuela de Artes y
Oficios de los Cursos de
Verano de la Universidad
Complutense en Almería,
estuvo acompañado por la
guitarra de Juan
Habichuela y fue un
concierto memorable que
aún recuerdan los
maduros aficionados
locales, representativo
de la pureza más jonda
del flamenco. Su
seguiriya y cantes
personales como tangos y
fandangos aún están en
nuestro recuerdo. Al
terminar el concierto,
artistas y aficionados
nos fuimos al bar Casa
Pepe, cerca, en la calle
Real y se ofició una
noche de esas mágicas
donde no paró de cantar,
gracias también a una
cantaora espontánea que
le acompañó, recordó su
visita a Méjico y al
poeta Pedro Garfias en
los cantes, “él iba
sólo, tambaleándose…”
Volvemos a Madrid al
Teatro Albeniz, en
febrero del 96, donde
con el título de
“Creadores”, reaparece
con la primera guitarra
de mi admirado paisano
Tomatito acompañado por
la también guitarra de
El Paquete y los coros y
palmas de El Negri y
Antonio Carbonell. Este
concierto yo le diría
que fue el de la
sorpresa, porque ningún
concierto de Morente era
igual al anterior y es
que en el bis presentó
por primera vez el
primer tema de su CD
probablemente más
emblemático de su
historia “Omega” con el
grupo de rock Lagartija
Nick con el poema “Poeta
en Nueva York” de
Federico García Lorca.
Los vecinos llamaron a
la policía por el sonido
tan fuerte y parte del
público purista se quedó
boquiabierto ante tal
atrevimiento.
En el mismo Teatro
Albeniz dentro Festival
Flamenco Caja Madrid, en
febrero del año 2000, se
le entregó el Galardón
Flamenco Calle de Alcalá
y estuvo acompañado por
las guitarras de Juan
Habichuela, Manuel
Parrilla y Montoyita y
la percusión de Ramón
Porrina, fue el
concierto de la
creación.
De nuevo volvemos en
octubre de 2008 al San
Juan Evangelista donde
estuvo acompañado por
Pepe Habichuela, para
celebrar los 40 años de
Arte Flamenco en la
Universidad de Madrid,
yo diría que fue el
concierto del humor, al
mismo acudieron todos
los miembros de la
“Hermandad” que al
principio mencionaba, y
como siempre y también
en el San Juan cada
concierto era distinto y
se entregaba pletórico,
regreso a mi casa decía
y además con su fina
ironía recordando sus
primeros recitales en la
universidad, ahí
comentaba “el duende es
más peligroso que una
caja de bombas”.
Terminado el concierto
compartimos todos,
amigos, aficionados y
músicos unas horas
memorables en una sala
del propio Colegio.
Volvemos a cambiar de
sede y esta vez por el
cierre del Teatro
Albeniz, Enrique por
primera vez estrena en
febrero de 2010, el
Teatro Circo Price,
estuvo acompañado por
los guitarristas David e
Israel Cerreduela, con
Pedro y Ángel Gabarre al
baile, su hijo Quique
Morente y Antonio
Carbonell a los coros y
Bandolero a la
percusión. Este
concierto por su tiempo
reciente, creo que fue
el de la diversidad,
porque hizo una
exposición de todos los
cantes sólo y con coros
de sus discos más
recientes.
Y terminamos este
decálogo en agosto de
2010 con un homenaje a
Rafael Romero El Gallina
en el 44º Festival
Flamenco de Almería en
el Patio de La Salle,
estuvo acompañado por
los mismos músicos que
en el concierto anterior
y este concierto que
sería el último que yo
le organicé fue de las
mejores actuaciones que
yo le he escuchado en
vivo, donde una vez más
demostró su genio y
talento.
Por todo lo dicho, el
arte flamenco de Morente
sin duda puede llevar el
apelativo de inmaterial
como ha declarado la
UNESCO. Gran admirador
de los múltiples
conciertos de jazz que
hemos organizado en el
San Juan Evangelista,
últimamente siempre me
decía cómo no escribía
un libro sobre estos 40
años de música en vivo
de su Club de Música y
Jazz.
Su mezcla sonora con
todas las músicas, como
con el gran
percusionista y
baterista de jazz Max
Roach, las Voces
Búlgaras, la Orquesta
Andalusí de Tetuán, el
Coro de Canto Gregoriano
de León donde le
acompañó el gran
baterista también ya
desaparecido José
Antonio Galicia, el rock
con los grupos Lagartija
Nick y Los Planetas,
renovador y creador
infatigable,
incorporador de la mejor
poesía culta a sus
cantes, genial
seguiriyero y artífice
de cantes personales,
sin duda ha sido un
Maestro para la historia
del arte flamenco, como
él nos decía “siempre
hay que resistir, creer
y crecer”, con él han
estado las familias de
los Habichuela, los
Montoya, los Carbonell,
la Barberia del sur, los
Ketama, su mujer Aurora
y sus hijos Estrella,
Soleá y Quique a los que
he visto crecer en edad
y arte y tantos
excepcionales
guitarristas que le han
acompañado desde Félix
de Utrera a Rafael
Riqueni pasando por
Manolo Sanlúcar,
Tomatito, Manuel
Parrilla, y tantos
otros.
En el recuerdo además
otros grandes momentos
en Madrid, el Teatro
Pavón, El Festival de
Jazz de Madrid, el
Teatro de la Zarzuela
donde estuvo a verle
Alfredo Kraus, los lunes
de Revólver, Los veranos
de la Villa, …
Y en todos estos
conciertos temas de sus
grandes discos como:
“Homenaje flamenco a
Miguel Hernández”,
“Homenaje a Don Antonio
Chacón”,”Sacromonte”, “Morente-Lorca”,
“Morente-Sabicas”
(quizás tuviera que ver
el homenaje que le
hicimos en el Teatro
Real al maestro Sabicas),
“Negra si tu Supieras”
(que editó el gran
productor también
fallecido recientemente
Mario Pacheco), “El
Pequeño Reloj”, “ Sueña
La Alhambra”, “Pablo de
Málaga” y sobre todo
“Omega”.
Resumiendo, emoción,
pasión, curiosidad,
pureza, sorpresa,
creación, humor,
diversidad, talento y
genio, amigo de tantos
amigos, enamorado de
Madrid y Granada,
degustador de los frutos
del mar de Almería y el
Cabo de Gata, en
posesión de todos los
Premios y
condecoraciones, del
Maestro del cante
flamenco Don Enrique
Morente.
El llamado “Picasso del
cante” vive, como pueden
testificarlo seguro
mejor que yo escritores,
promotores, poetas,
músicos, aficionados, de
entre una larga lista
destacaría, Andrés Raya,
José Luis Ortiz Nuevo,
Manuel Bohórquez, José
Manuel Gamboa, José Blas
Vega, Miguel Espín,
Balbino Gutiérrez,
Francisco Gutiérrez
Carbajo, Juan Verdú,
Agapito Pageo, Pablo
Nacarino, Pedro Calvo,
José Mª Velázquez-Gaztelu,
Félix Grande, Miguel
Mora, Luis Cabrera, Luis
García Montero, Joaquín
Sabina, Miguel Rios,
Pedro Barragán, Carlos
Jover, Diego el del bar
Bahía de Palma, Lucas
López, Jose Antonio
López Alemán, Juan José
González, Simeón
Aguilera, Pedro Segura,
Rubén Gutiérrez, etc. Y
la que fue muy
importante revista La
Caña que dirigió Manuel
Rios Ruiz y como no las
noches del Candela con
el también añorado que
nos dejó Miguel Candela,
donde me cuentan una
noche Enrique tuvo un
mano a mano con Camarón
y nada menos que con la
guitarra de Paco de
Lucia.
Lo que sí es que no pude
participar de la bohemia
de tantas trasnoches
porque al día siguiente
tenía que empezar a
trabajar por las mañanas
y es que no se puede
estar en todo.
Alejandro Reyes
Cultyart
Club de Música y Jazz
San Juan Evangelista
Madrid, Mayo 2011
<<
volver a la agenda
>>
|