Una mirada al arte inmaterial de Morente, por Alejandro Reyes. Aparecido en la Revista Boronia en Diciembre de 2011

 

Solamente unos días después de su muerte, el flamenco fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO y no es casualidad que quien redactó el proyecto, José Luis Ortiz Nuevo, con la colaboración de Francisco Gutiérrez Carbajo, según nos cuenta José Manuel Gamboa, Socio de Honor del San Juan, fueran los que comenzaron con el flamenco en el Colegio Mayor San Juan Evangelista, capitaneados por el único que entonces era aficionado al flamenco, Andrés Raya, que los llevaba al tablao Zambra donde se hicieron amigos de Enrique Morente. En esos primeros años 70 fue la primera vez que yo escuché a Enrique y de esta afición por nuestro arte cogería el legado de esos colegiales, Antonio Villarejo Perujo, para que Enrique Morente con la guitarra de Pepe Habichuela participara en la Primera y Segunda Semana de Andalucía donde escuchamos poemas de Miguel Hernández entonces tan prohibidos

A partir de estos inicios establecí con él una indudable relación de estrecha amistad que ha durado siempre y que empezó a cuajar en marzo del 85 cuando a propuesta del admirado escritor y flamencólogo también ya fallecido, Paco Almazán, organizamos las Primeras Jornadas de Música Popular de Andalucía, en la que uno de los días participó Morente con las guitarras de Paco Cortés y El Bola. Este podría ser el primer concierto de un improvisado decálogo de conciertos morentianos que quiero reseñar cuando sin duda le hemos organizado más de 50 actuaciones a lo largo de su larga trayectoria profesional. De este trabajo en el San Juan Evangelista recuerdo sobre todo la emoción que nos produjo su cante por el eco y rajo profundo de su voz con pellizco, que producía ese estremecimiento que nos abría las puertas del corazón y enriquecía el futuro del arte flamenco.

El segundo lo podíamos datar en mayo de 1986 cuando en el templo de la música, el Teatro Real, con las guitarras de Juan Habichuela y Gerardo Núñez y la Orquesta Sinfónica de Madrid, dirigida por el maestro Luis Izquierdo, estrenó “La fantasía de cante jondo para voz flamenca y orquesta”, con música de él mismo y Antonio Robledo, escuchamos poemas de Bergamín, Luis Rius, Manuel Machado y José Hierro, entre otras de él mismo y popular; en este concierto colaboraron de manera destacada cuando yo trabajaba en el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid con Ramón Herrero de Concejal, nuestros amigos Elisa Mata, Pablo Nacarino, Juan Verdú y Pepe Rubio. Desde este memorable concierto yo ya me atreví a llamarle Don Enrique Morente, cosa que creo también se reflejó en algún medio escrito de la época por este éxito artístico tan significativo.

Ya en el año 1989 fue nombrado el primer artista Socio de Honor del Club de Música y Jazz San Juan Evangelista, y pasamos al 28 de febrero del 93 para celebrar el Día de Andalucía en el San Juan Evangelista donde estuvo acompañado por Juan y Pepe Habichuela a la guitarra con la percusión de Tino Di Geraldo, de este concierto podría destacar su pasión por transmitir el cante, lo que fue un auténtico acontecimiento y ayudó para que en muchos universitarios prendiera la llama del cante flamenco. Ya lo decía él “no es necesario entender, lo importante es saber escuchar”.

Dentro de esta relación cronológica de conciertos llegamos al 4 de febrero de 1994 al Teatro Alcalá Palace también en Madrid y dentro del programa del II Festival Flamenco Caja Madrid, estuvo acompañado por los mismos guitarristas y lo que yo destacaría sobre todo su permanente curiosidad. Recuerdo como también con Pablo Nacarino estuvo en el Rastro madrileño buscando una mesa para hacer compás y cuando encontró una que le gustaba, le pidieron dos millones de pesetas, total que se tuvo que apañar con una de un bar de la zona a la que le añadimos una tabla de contrachapado. A partir de este concierto, por todo lo que había escuchado y sentido de Enrique hasta la fecha, empecé a llamarle Maestro, término que recogía su sabiduría e inquietud hecho que ha permanecido hasta su muerte.

Y llegamos al verano, julio de ese mismo año 94 y lo presentamos en la Escuela de Artes y Oficios de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense en Almería, estuvo acompañado por la guitarra de Juan Habichuela y fue un concierto memorable que aún recuerdan los maduros aficionados locales, representativo de la pureza más jonda del flamenco. Su seguiriya y cantes personales como tangos y fandangos aún están en nuestro recuerdo. Al terminar el concierto, artistas y aficionados nos fuimos al bar Casa Pepe, cerca, en la calle Real y se ofició una noche de esas mágicas donde no paró de cantar, gracias también a una cantaora espontánea que le acompañó, recordó su visita a Méjico y al poeta Pedro Garfias en los cantes, “él iba sólo, tambaleándose…”

Volvemos a Madrid al Teatro Albeniz, en febrero del 96, donde con el título de “Creadores”, reaparece con la primera guitarra de mi admirado paisano Tomatito acompañado por la también guitarra de El Paquete y los coros y palmas de El Negri y Antonio Carbonell. Este concierto yo le diría que fue el de la sorpresa, porque ningún concierto de Morente era igual al anterior y es que en el bis presentó por primera vez el primer tema de su CD probablemente más emblemático de su historia “Omega” con el grupo de rock Lagartija Nick con el poema “Poeta en Nueva York” de Federico García Lorca. Los vecinos llamaron a la policía por el sonido tan fuerte y parte del público purista se quedó boquiabierto ante tal atrevimiento.

En el mismo Teatro Albeniz dentro Festival Flamenco Caja Madrid, en febrero del año 2000, se le entregó el Galardón Flamenco Calle de Alcalá y estuvo acompañado por las guitarras de Juan Habichuela, Manuel Parrilla y Montoyita y la percusión de Ramón Porrina, fue el concierto de la creación.

De nuevo volvemos en octubre de 2008 al San Juan Evangelista donde estuvo acompañado por Pepe Habichuela, para celebrar los 40 años de Arte Flamenco en la Universidad de Madrid, yo diría que fue el concierto del humor, al mismo acudieron todos los miembros de la “Hermandad” que al principio mencionaba, y como siempre y también en el San Juan cada concierto era distinto y se entregaba pletórico, regreso a mi casa decía y además con su fina ironía recordando sus primeros recitales en la universidad, ahí comentaba “el duende es más peligroso que una caja de bombas”. Terminado el concierto compartimos todos, amigos, aficionados y músicos unas horas memorables en una sala del propio Colegio.

Volvemos a cambiar de sede y esta vez por el cierre del Teatro Albeniz, Enrique por primera vez estrena en febrero de 2010, el Teatro Circo Price, estuvo acompañado por los guitarristas David e Israel Cerreduela, con Pedro y Ángel Gabarre al baile, su hijo Quique Morente y Antonio Carbonell a los coros y Bandolero a la percusión. Este concierto por su tiempo reciente, creo que fue el de la diversidad, porque hizo una exposición de todos los cantes sólo y con coros de sus discos más recientes.

Y terminamos este decálogo en agosto de 2010 con un homenaje a Rafael Romero El Gallina en el 44º Festival Flamenco de Almería en el Patio de La Salle, estuvo acompañado por los mismos músicos que en el concierto anterior y este concierto que sería el último que yo le organicé fue de las mejores actuaciones que yo le he escuchado en vivo, donde una vez más demostró su genio y talento.

Por todo lo dicho, el arte flamenco de Morente sin duda puede llevar el apelativo de inmaterial como ha declarado la UNESCO. Gran admirador de los múltiples conciertos de jazz que hemos organizado en el San Juan Evangelista, últimamente siempre me decía cómo no escribía un libro sobre estos 40 años de música en vivo de su Club de Música y Jazz.

Su mezcla sonora con todas las músicas, como con el gran percusionista y baterista de jazz Max Roach, las Voces Búlgaras, la Orquesta Andalusí de Tetuán, el Coro de Canto Gregoriano de León donde le acompañó el gran baterista también ya desaparecido José Antonio Galicia, el rock con los grupos Lagartija Nick y Los Planetas, renovador y creador infatigable, incorporador de la mejor poesía culta a sus cantes, genial seguiriyero y artífice de cantes personales, sin duda ha sido un Maestro para la historia del arte flamenco, como él nos decía “siempre hay que resistir, creer y crecer”, con él han estado las familias de los Habichuela, los Montoya, los Carbonell, la Barberia del sur, los Ketama, su mujer Aurora y sus hijos Estrella, Soleá y Quique a los que he visto crecer en edad y arte y tantos excepcionales guitarristas que le han acompañado desde Félix de Utrera a Rafael Riqueni pasando por Manolo Sanlúcar, Tomatito, Manuel Parrilla, y tantos otros.

En el recuerdo además otros grandes momentos en Madrid, el Teatro Pavón, El Festival de Jazz de Madrid, el Teatro de la Zarzuela donde estuvo a verle Alfredo Kraus, los lunes de Revólver, Los veranos de la Villa, …

Y en todos estos conciertos temas de sus grandes discos como: “Homenaje flamenco a Miguel Hernández”, “Homenaje a Don Antonio Chacón”,”Sacromonte”, “Morente-Lorca”, “Morente-Sabicas” (quizás tuviera que ver el homenaje que le hicimos en el Teatro Real al maestro Sabicas), “Negra si tu Supieras” (que editó el gran productor también fallecido recientemente Mario Pacheco), “El Pequeño Reloj”, “ Sueña La Alhambra”, “Pablo de Málaga” y sobre todo “Omega”.

Resumiendo, emoción, pasión, curiosidad, pureza, sorpresa, creación, humor, diversidad, talento y genio, amigo de tantos amigos, enamorado de Madrid y Granada, degustador de los frutos del mar de Almería y el Cabo de Gata, en posesión de todos los Premios y condecoraciones, del Maestro del cante flamenco Don Enrique Morente.

El llamado “Picasso del cante” vive, como pueden testificarlo seguro mejor que yo escritores, promotores, poetas, músicos, aficionados, de entre una larga lista destacaría, Andrés Raya, José Luis Ortiz Nuevo, Manuel Bohórquez, José Manuel Gamboa, José Blas Vega, Miguel Espín, Balbino Gutiérrez, Francisco Gutiérrez Carbajo, Juan Verdú, Agapito Pageo, Pablo Nacarino, Pedro Calvo, José Mª Velázquez-Gaztelu, Félix Grande, Miguel Mora, Luis Cabrera, Luis García Montero, Joaquín Sabina, Miguel Rios, Pedro Barragán, Carlos Jover, Diego el del bar Bahía de Palma, Lucas López, Jose Antonio López Alemán, Juan José González, Simeón Aguilera, Pedro Segura, Rubén Gutiérrez, etc. Y la que fue muy importante revista La Caña que dirigió Manuel Rios Ruiz y como no las noches del Candela con el también añorado que nos dejó Miguel Candela, donde me cuentan una noche Enrique tuvo un mano a mano con Camarón y nada menos que con la guitarra de Paco de Lucia.

Lo que sí es que no pude participar de la bohemia de tantas trasnoches porque al día siguiente tenía que empezar a trabajar por las mañanas y es que no se puede estar en todo.

Alejandro Reyes
Cultyart
Club de Música y Jazz San Juan Evangelista
Madrid, Mayo 2011
 

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